martes, 27 de agosto de 2019

Día de la Independencia

Día de la Independencia


El lunes 15 de julio festejamos el Día de la Independencia. Luego de recordar los acontecimientos de 1816, analizamos, de manera conjunta, dos poemas: "Oda" (1966) de Jorge Luis Borges y "Quiero a mi patria como a mi propia vida" (1977) de Joaquín Areta. Compartimos con ustedes ambos textos y fotos del encuentro.


Oda (1966)
de Jorge Luis Borges


Nadie es la patria. Ni siquiera el jinete
que, alto en el alba de una plaza desierta,
rige un corcel de bronce por el tiempo,
ni los otros que miran desde el mármol,
ni los que prodigaron su bélica ceniza
por los campos de América
o dejaron un verso o una hazaña
o la memoria de una vida cabal
en el justo ejercicio de los días.
Nadie es la patria. Ni siquiera los símbolos.


Nadie es la patria. Ni siquiera el tiempo
cargado de batallas, de espadas y de éxodos
y de la lenta población de regiones
que lindan con la aurora y el ocaso,
y de rostros que van envejeciendo
en los espejos que se empañan
y de sufridas agonías anónimas
que duran hasta el alba
y de la telaraña de la lluvia
sobre negros jardines.


La patria, amigos, es un acto perpetuo
como el perpetuo mundo. (Si el Eterno
Espectador dejara de soñarnos
un solo instante, nos fulminaría,
blanco y brusco relámpago, Su olvido.
Nadie es la patria, pero todos debemos
ser dignos del antiguo juramento
que prestaron aquellos caballeros
de ser lo que ignoraban, argentinos,
de ser lo que serían por el hecho
de haber jurado en esa vieja casa.
Somos el porvenir de esos varones,
la justificación de aquellos muertos;
nuestro deber es la gloriosa carga
que a nuestra sombra legan esas sombras
que debemos salvar.


Nadie es la patria, pero todos lo somos.
Arda en mi pecho y en el vuestro, incesante,
Ese límpido fuego misterioso.



Poema (1977)
de Joaquín Areta


Quiero a mi patria
como a mi propia vida.
Festejo de ella su extraño coraje,
mezcla de objetivos grises,
y ese continuo grito guerrero,
valor que le permite,
desarmar a sus enemigos,
(sólo le falta ahora asumir su propio coraje)
Río cuando escucho su palabra,
derritiéndose en sudores,
a la salida del trabajo,
yendo y viniendo en trenes,
tropezando una con otra,
amándose en la multitud callada.
Grito con furia,
cuando los brazos no alcanzan,
para el lecho y la comida,
grito todos los días,
junto al clamor de mi patria,
quiero a mi patria
como a mi propia vida.
Por eso, en la amargura cotidiana,
siempre encuentro una sonrisa
entre sus manos,
por eso creo en la madrugada,
y voy tirando día a día,
trabajando entre su gente,
sin parar; esa es la gloria.
Quiero a mi patria,
todo su valle y su montaña,
todo su mar y su desierto,
la quiero, parte a parte,
en un todo para todos.
Ese es mi amor,
esa es mi vida.

En las imágenes:
Vanina Escobar (abanderada) 
Joaquín Capdepont (1er escolta) 
Sofia Carro Casanova (2da escolta)










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